Una visita a Kiku

El holandés iba rumbo a la casa de Japón, caminaba hacia allí observando las ciudad, en verdad que el país asiático era muy diferente al de él, pero aún así seguía siendo bonito por lo que veía.
Se tomo la libertad de comprarle un ramo de las flores que sabía que a Kiku le gustaban, los crisantemos.
La duda que rondaba en su cabeza era como tomaría ese obsequio el japonés, no deseaba que creyera que lo trataba de mujer por regalarle flores o algo así, solo era que en su país, como era común en muchas partes del mundo normalmente se les regalaba flores a las parejas, bueno si su "pareja", eso creía él por lo menos.

Sin darse cuenta ya se encontraba frente a la casa del otro chico, así que no hizo más que acercarse a la puerta y tocar suavemente a ella esperando que Japón le abriera, o a menos que no estará, después de todo él estaba ahí de imprevisto.

Al escuchar como abría la puerta dirigió su mirada hacia ella, al ver al japonés se le dibujo una pequeña sonrisa en el rostro.
-Hola Kiku- Dijo correspondiendo el saludo al oriental, se le había hecho tierno el rostro del japonés, lucía nervioso, pero lindo al mismo tiempo.

Al darle el ramo de flores lo escuchó atentamente, -De nada Japón- Río levemente al escuchar lo último -No hay problema por eso, creo que con un beso de agradecimiento me da y me sobra- Respondió moviendo hacia un costado el ramo para abrirse paso aproximando su rostro al de Japón y depositando un pequeño beso en sus labios, sabías que Kiku no lo regañaría, pero lo que si sabía era que se sonrojaría, no costaba mucho hacer que el otro se sonrojara, aún así le gustaba verlo de esa manera, se le hacia más lindo.

-Mejor ponlas en agua antes de que se marchiten- Aconsejó, los crisantemos habían aguantado todo el viaje sin una gota de agua, era mejor ponerlas en líquido cuanto antes para que no perdieran su belleza y se transformarán en algo no muy lindo de admirar, después de todo quería que se vean bonitas...como su querido y preciado japonés.

Siguió a Japón y al sentarse lo que se llevo su atención fueron los mochis, ¿Qué eran esas..no sabía ni como llamarlas?, toco a una con curiosidad y después la tomo mirandola atentamente.
Cuando escuchó la pregunta de Japón procedió a mirarlo a él -Mi viaje estuvo bien, gracias por preguntar- Le dedicó una pequeña sonrisa y volvió a observar al mochi, -Dime Kiku, ¿Qué son estos tales mochis?- Le preguntó tocando al que tenía en brazos, por alguna razón le recordaban un poco a su conejo Miffy, aunque eran raros de cierta forma también se le hacian tiernos.
-Nunca había visto uno...son lindos- Seguía observandolo, tenian rostros graciosos, aunque si los veía a simple vista parecian almohadas de forma extraña.